Se usa cuando alguien acomoda el recuerdo para que le cierre mejor, como si su memoria fuera amiga que le hace el favor. Cambia detalles, olvida lo que no le conviene y de repente todo lo que pasó lo deja bien parado. Es una forma medio irónica de decir que está recordando con mucha viveza y poca honestidad.

"Cuando le pregunté por la guita del asado, me hizo una gauchada a la memoria y se acordó que ya me había pagado, justo justo cuando yo no encontraba el recibo."

Tu cesta: 0,00 € (0 productos)
Imagen del producto

Tu Carrito de Magia

Tu carrito está vacío. ¡Adopta un Magikito!