Se usa cuando alguien decide ignorar por completo lo que le dicen, como si las palabras fueran directo al tacho de basura. Es esa actitud de hacerse el loco, no escuchar consejos, regaños ni advertencias. Muy útil cuando no quieres rayarte, aunque a veces se te pasa la mano y quedas como medio terco, hay que admitirlo.
"Mi profe se mató explicando el trabajo final y yo, bien fresco, le hice oído de tacho y me puse a chatear con mis patas en vez de apuntar algo."