Se usa para hablar de alguien que se deja una pasta en fiesta, comida o caprichos, como si el dinero creciera en las viñas. Es despilfarro, sí, pero con ese puntito de orgullo manchego de aquí hemos venido a gastar. Suena a tarde de bar, risas, vino y a no mirar la cuenta hasta el día siguiente.
"Anoche el Julián se vino arriba en la feria, pidió raciones para medio pueblo, rondas de vino y hasta postre para la peña, menudo gasto manchego se marcó el tío, hoy no mira la cuenta ni loco."