Se usa para decir que alguien está tan alucinado que se le queda la cara a cuadros, como si le hubieran dado con una sartén en la frente. Es sorpresa máxima, de esa que te deja medio tonto un rato. Muy de cuando pasa algo tan raro o tan fuerte que tu cerebro pide tiempo muerto para procesar.
"Cuando vio al vecino llegar en tractor tuneado con luces de neón y reguetón a tope, se quedó flipao como una zapatilla en mitad de la plaza del pueblo"