Se usa cuando alguien alarga algo más de la cuenta, se pone a dar vueltas y vueltas y no termina nunca. Puede ser una reunión eterna, un chisme que no llega al punto o cualquier historia que ya aburre. Es como decir que está jalando el bejuco sin soltarlo, y la verdad es que provoca decirle que se relaje.

"Chamo, deja de estirar el bejuco con ese chisme, suelta de una vez quién fue el que se rascó y terminó bailando con la suegra en la fiesta del barrio."

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