En Yaracuy se dice estar obispo cuando alguien anda demasiado arreglado, bien planchadito, perfumado y con pinta de que se echó media hora frente al espejo. Es como ir emperifollado para impresionar en una cita, una fiesta o cualquier evento donde quiere lucirse. Y sí, suena fino, pero también tiene su toque de chalequeo cariñoso.
"Compadre, usted hoy sí vino obispo, vale, con esa camisa planchadita y ese perfume caro, ¿es que va pa’ una cita o lo invitaron a un bautizo elegante?"