Se usa para decir que alguien está apagado, sin chispa, como si se le hubiera ido toda la alegría del cuerpo. También puede referirse a una persona sosa, sin gracia, que no reacciona ni aunque le toque la lotería. Vamos, que está más mustio que una planta sin regar desde San Juan.

"Desde que suspendió la opo, el Miguel está más seco que un trapo sin mojar, ni sale al vermú, ni se viene a las fiestas del pueblo ni ná de ná."

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