Se dice de alguien que va despistado, distraído o con la cabeza en Cuenca, como si estuviera mirando al maizal en vez de atender. Vamos, que no se entera de la misa la mitad y está a uvas. Suele usarse con un puntito de cachondeo, no como insulto serio.
"En la reunión, Juan estaba maizal perdido, asentía a todo y luego preguntó si el cliente era el profe de mates."