Se usa cuando hace un calor tan brutal que sentís que la moto está que arde y vos arriba sos tipo empanada al vapor. Es una forma bien santiagueña de quejarse del bochorno extremo, con un poco de humor y resignación. Y la verdad, con el calor de ahí, la motito casi que hierve posta.
"Che loco, salí cinco minutos al centro y ya estoy hirviendo la motito, el asiento parece plancha y yo milanesa pegada encima."