Se usa para bardear con cariño a alguien que vive apurado, corre de acá para allá como ñandú en la llanura, pero en realidad no avanza tanto. Siempre está a las corridas, medio desorganizado, con mil cosas encima y pocas resueltas. Es esa persona que parece tener viento pampeano en las patas, pero la agenda hecha un quilombo hermoso.
"Mirá a Juan, anda por el centro hecho un ñandú desde la mañana y todavía no consiguió ni la mitad de las cosas del mandado, un desastre el loco."