Se usa en Cojedes para vacilar a alguien que está haciendo algo torpemente, fallando una y otra vez y armando más lío del que resuelve. Es como decir que está hecho un desastre andante, que todo lo que toca lo enreda. Suena cariñoso pero también es medio regaño, y hay que admitir que tiene su gracia cuando lo sueltas en el momento justo.
"Chamo, llevas como media hora tratando de colgar ese cuadro y cada vez queda más chueco, mejor suelta el martillo, que estás hecho un morroco."