Se usa en Salta para decir que alguien está destruido del cansancio, sin energía, como una colilla de cigarrillo ya fumada y pisoteada. Es ese estado en el que el cuerpo pide cama a los gritos y la mente ya ni coordina. Muy de después de farra larga, laburo pesado o viaje eterno en bondi, y la verdad es que pinta perfecto.
"Anoche nos quedamos chupando y guitarreando en la peña hasta las seis, hoy estoy hecho pucho, ni ganas de levantarme a comprar tortillas en la esquina."