Se usa cuando alguien está metido en un rollo bien feo, un problema tan enredado que parece que lo estuviera chupando una turbina sin freno. Deudas, chismes, metidas de pata con gente peligrosa, todo eso aplica. Es como decir que la persona está hasta el cuello y cada movimiento la hunde más, aunque a veces da risa ajena.

"Pana, desde que se puso a fiar en la bodega al vecino moroso, el tipo está en la turbina, los proveedores lo llaman cada cinco minutos y la doña ya le quiere lanzar los corotos por la ventana."

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