En Quindío se usa para decir que alguien está metidísimo en un tema, trabajo o problema, tan lleno de eso que ya casi no vive para nada más. La imagen es como un chorizo bien apretado, reventando de carne por todos lados. Suena gracioso, pero también deja claro que la persona está saturada y medio ahogada.

"Desde que montó la marranera, el vecino está tan embutido en carne que ni pasa por la tienda a echar chisme ni a tomarse un tintico con buñuelo."

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