Se usa cuando alguien está actuando rarísimo, como ido, pegado o medio loco, como si se le hubieran cruzado los cables. Es típico para describir a la gente que se queda en la luna, hablando sola o haciendo cosas sin sentido. No es necesariamente ofensivo, pero sí suena a que la persona está bien desubicada.
"Chamo, Luis está echando camote, se puso a regañar al microondas porque no le quiso calentar la arepa y hasta le dijo que iban a hablar serio más tarde."