Se usa cuando alguien se pone intenso cuidando algo o a alguien, como si fuera el superhéroe del asunto o una mamá gallina en modo extremo. Es esa persona que se mete en todo, revisa cada detalle y se cree imprescindible. A veces hace gracia, pero también puede cansar cuando se pasa de protector y dramático.
"Parce, deje de estar diqueando con el asado, que ya volteó la carne como veinte veces y ni siquiera está prendida bien la parrilla"