En Mérida se dice que algo está de muela cuando es un fastidio total, súper aburrido o cuando alguien habla y habla sin parar hasta cansar. Sirve para rajar de reuniones eternas, clases pesadas o panas que no se callan nunca. Es como decir que la cosa es un plomo, pero con sabor merideño, y hay que admitir que suena bastante gracioso.
"No vayas a esa reunión, chamo, todo el mundo dice que está de muela y el jefe se pega una habladera que ni te imaginas, mejor nos vamos a echar unas birras por el centro."