Se usa para decir que alguien está de muy mal humor, mosqueado o con mala leche, como con un nubarrón encima. No es solo estar triste, es estar torcido, contestón y con pocas ganas de aguantar tonterías. Vamos, que mejor no tocarle mucho las narices porque salta a la mínima.
"Hoy el jefe está de mala tinta, tú ni le pidas fiesta que te manda a freír espárragos antes de que acabes la frase."