Se dice cuando alguien está mosqueado, con un cabreo gordo que se le nota en la cara aunque intente disimular. Es como ir todo el día con una china en el zapato, que te va taladrando la paciencia poco a poco. No es solo estar de mala leche, es llevar el rebote atravesado y a punto de soltarlo.
"Tú deja a Paco tranquilo, que viene con la piedra desde que el jefe le ha dicho que se quede a hacer horas extra un viernes por la tarde."