Expresión muy canaria para decir que alguien está cabreadísimo, a punto de explotar, como un caldero hirviendo que casi se desborda. Se usa cuando la persona está tan mosqueada que mejor ni le respires cerca. Es enfado del serio, no un simple berrinche tonto, y suele venir con cara roja y pocas ganas de bromas.
"Niño, dile a tu padre lo del golpe en el coche tú, que desde que vio el parte del seguro está como un caldero y a mí me mira y ya me tiemblan hasta las chancletas."