Se usa para decir que alguien está en el punto justo, bien despierto, con pilas y listo para lo que venga, igual que el agua cuando está a la temperatura perfecta para cebar un buen mate. Es muy de la Mesopotamia argentina y suena a previa, sobremesa larga y chusmerío lindo. Y hay que admitir que la comparación es bastante gloriosa.
"Me clavé una siestita, me pegué una ducha y ahora estoy como agua pa' mate para caer a la juntada y no irme hasta que salga el sol, papá."