Se usa para hablar de alguien que no se despega ni tantito, que anda pegado a otra persona como chicle en zapato. Puede ser porque está bien enamorado, porque es bien necesitado o porque quiere algo. A veces hace gracia, pero también puede desesperar un montón si no te lo quitas de encima.
"Desde que conoció a Lupita, Juan anda bien chicle con ella, nomás falta que se le pegue a la mochila pa' entrar también a sus clases."