Se usa para decir que algo está difícil, enredado o casi imposible de lograr, como cuando ves la cuesta y ya te da pereza solo de mirarla. Es muy típica para quejarse con humor de tareas pesadas, favores complicados o planes que pintan mal. Nada que ver con pelos reales, aunque la imagen hace gracia.
"Parce, con ese profe tan bravo y ese examen a las siete de la mañana, pasar el semestre sí está pelúo"