En el llano cojedeño llamar a alguien esqueleto es decir que siempre se pela cuando toca meter el lomo en las faenas. Es el típico que se esfuma cuando hay que arrear ganado, limpiar potreros o marcar becerros. Está ahí para el chisme y el sancocho, pero para el trabajo duro se vuelve transparente, casi como si fuera puro hueso sin fuerza.
"Muchacho, deja de ser esqueleto y ven a ayudar con estos becerros, que cuando hay carne en vara sí apareces más rápido que toro en celo."