Se dice cuando te tomas un descanso a gusto, de esos de sentarte un rato y no hacer absolutamente nada, ya sea en el curro o después de una comilona. La gracia es imaginarte plantado en la plaza del pueblo, al sol, reposando y rajando un poco. Vamos, parar para recargar pilas.
"Después del ternasco y dos vinos, me echo una plaza en el sofá un rato, que estoy reventao y no me da ni para poner la tele."