Se usa para decir que alguien se va a dormir por largo rato, como si armara maleta para un viaje bien largo al país de los sueños. Es más que una siestica rápida, es desconectarse sabroso del mundo. Y hay que admitir que la imagen de dormir cargando maleta tiene su gracia caribeña.
"Hermano, después de ese pabellón con tajadas y dos hallacas, me voy a echar una maleta hasta que empiece la rumba de Año Nuevo."