En Navarra se usa para cuando alguien esquiva una situación chunga con mucha labia y arte, como el torero que se cubre con el capote y sale ileso. Es salir del marrón con elegancia, sin mojarse demasiado y dejando a todo el mundo medio contento. Y hay que admitir que cuando sale bien, da gustito verlo.
"Le preguntaron por el curro que aún no ha empezado y se echó un capotazo hablando de lo bien que se come en los bares de San Fermín, y todos tan contentos"