Se usa cuando alguien se queda clavado en un lugar durante horas, sin moverse y sin intención de irse, como si ya fuera adorno fijo del sitio. Es muy de cuando el compa se acomoda en la sala, se adueña del sillón y nomás no agarra la onda de que ya es hora de levantar el vuelo. Y sí, a veces desespera, pero también tiene su chiste.

"No manches, el Chuy lleva desde la comida echando la sala en mi depa, ya se acabó las chelas, la botana y todavía pregunta si hay cena."

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