Se usa para decir que alguien suelta una broma rápida o un chiste ligero en medio de la plática, ya sea para romper el hielo, bajar el drama o simplemente sacar unas buenas risas. Es como meter humor de refilón cuando la cosa está muy seria. Y la neta, siempre se agradece al que sabe echar el chascarrillo a tiempo.
"Estábamos todos bien tensos discutiendo quién iba a lavar los trastes, y de repente Luisito echó el chascarrillo sobre contratar un fantasma que limpiara la casa y terminamos doblados de risa en la cocina."