Expresión para decidir algo al azar, normalmente con una moneda, un papelito o lo que pilles a mano. Es la típica excusa para no calentarse la cabeza y dejar que el destino curre por ti. Muy útil cuando nadie se pone de acuerdo y ya huele a discusión tonta, y oye, tiene su encanto dejarlo en manos de la suerte.
"Llevamos media hora discutiendo si cenar pinchos en lo viejo o pedir unas pizzas en casa, así que lo echamos a suerte y lo que salga, pero luego nadie se queje con la tripa llena."