Se suelta cuando alguien está haciendo algo tan bueno o tan loco que parece imposible, como si de verdad estuviera haciendo milagros. Puede ser porque juega brutal, cocina de escándalo o arregla un marrón en dos minutos. Es muy de pueblo andaluz, con ese puntito de exageración cariñosa que tanto nos gusta.
"Niño, el Manolo está echando milagros con la freidora, ha sacado croquetas, flamenquines y hasta churros y no ha quemao ná."