Apodo cariñoso para referirse a una señora mayor, casi siempre de barrio, con corazón de abuela que te consiente con comida, chisme ligero y consejos medio pasivo agresivos. Es dulce como un merengue bien pegajoso, pero ojo, porque si te pasas de fresco te suelta un boche o un chancletazo imaginario que te pone en tu sitio. Y hay que admitir que tienen su encanto.
"Loco, la doñita del colmado me vio con esa cara de desvelo y me dio un juguito, dos caramelos y hasta un sermón de que deje de trasnochar jugando Play."