Expresión irónica para referirse al típico personaje que se arregla demasiado para cualquier ocasión, aunque sea algo súper informal. Va siempre con pinta de desfile, como si lo fueran a fotografiar a cada paso. Se usa con cariño burlón, para pinchar un poco al que se toma demasiado en serio la pinta. Y hay que admitir que a veces hace gracia verlo tan producido.
"Mira al Don Vestío en la ramada del pueblo, con terno, zapatos lustrados y peinado de comercial de champú, si apenas estamos tomando navegado en la media luna."