Se usa cuando alguien cumple al tiro lo que promete, sin tanto cahuín ni vueltas raras. Es como decir que lo que se habló se hizo de inmediato, sin chamullo ni excusas. Ideal para cuando alguien pasa de la palabra a la acción sin perder tiempo, que siempre se agradece harto.
"Le conté a la tía que queríamos hacer un asado el finde y dicho y hecho, al rato ya tenía la parrilla prendida, la carne adobada y hasta la ensalada chilena lista en la mesa."