En Puerto Rico se usa para decir que le tiras a alguien una mirada bien fea, llena de celos, coraje o puro desagrado, sin abrir la boca. Es ese gesto pasivo agresivo que dice mil cosas sin soltar ni una palabra. Ideal para cuando alguien se pasa de listo y tú lo fulminas con la vista. Y aceptemos que a veces da gustito usarla.
"Nena, cuando vi a Carlos dándole el último pastelillo a la ex, la criquiñé tan duro que el pobre se quedó tieso con el plato en la mano."