Se usa cuando alguien dice que va a hacer algo pero en el fondo sabe que ni de vainas va a pasar. Es como prometerse madrugar, hacer ejercicio o dejar el guaro, pero con cero compromiso real. Suena medio optimista, pero en realidad es pura pereza disfrazada de esperanza, y por eso hace tanta gracia.
"¿Va a ir al gimnasio a las 5 de la mañana? Creeré, mijo, si apenas me levanto es a apagar la alarma y seguir roncando como oso."