Se usa para hablar de cuando la gente sale de misa y se pone a repartir chisme fresco por todo el pueblo. Es como una carrera de cuentos, rumores y comentarios maliciosos que van pasando de boca en boca. Básicamente es el momento sagrado del sapeo colectivo, y hay que admitir que tiene su encanto morboso.
"Uy mija, hoy sí que corrimos iglesia sabroso, salimos de misa y en dos cuadras ya sabíamos con quién anda el panadero, quién se peleó con la suegra y hasta quién salió preñado sin estar casado."