Se usa para decir que algo o alguien es tan tierno, cariñoso y achuchable que te deja blandito por dentro, como abrazo de abuela con olor a queque recién horneado. Es esa sensación de cariño exagerado que te derrite, muy de cuando ves algo adorable y te dan ganas de adoptarlo al tiro.
"Hermano, vi a mi pololo durmiendo abrazado al peluche que le regalé y me dio un corazón de abuelita, casi lo despierto de puro ternura ridícula."