Se usa para decir que alguien murió, pero en tono más suave y coloquial, como quien dice que ya se retiró del partido de la vida. Viene de la imagen del futbolista que se retira y cuelga los guayos para siempre. Es medio triste, pero hay que admitir que la metáfora es bastante bonita.
"Parce, todavía no caigo en cuenta de que el abuelo colgó los guayos, ya no va a estar echando chistes en las navidades ni armando la recocha en la sala."