Se usa en Yucatán para hablar de alguien que presume de dinero, lujos o estatus, pero en realidad está bien jodido de lana. Es el típico que se siente millonario y no trae ni para el camión. Es una forma medio burlona de bajarle el humo a la banda que se las da de muy fina sin respaldo.
"No manches, el Pedro invitando a todos al antro y al final andaba pidiendo que le fiaran las chelas, bien chucbule el vato."