Forma cariñosa y medio burlona de decirle a alguien que es bien lento para todo, que se la lleva con calma extrema y parece que nunca tiene prisa. Se usa cuando la banda ya va en chinga y esa persona sigue en modo tortuga zen. No es insulto pesado, más bien cotorreo entre confianza, aunque sí puede picar tantito el orgullo.

"Ya súbete al carro, chocholete, que por tu culpa siempre llegamos tarde y luego ya no alcanzamos ni las chelas bien frías en la fiesta del barrio."

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