En Panamá se usa para decir que alguien está todo confundido, con la mente hecha un revoltijo, como si no pudiera hilar una idea clara. Es como tener el cerebro licuado, lleno de cosas dando vueltas sin orden. Suena gracioso, pero también describe perfecto esos días en que no te da la cabeza para más.

"Man, después de esa rumba y levantarme sin dormir, llegué al trabajo con la mente hecha una chicha de piña y ni sabía dónde había dejado el carro."

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