En Madrid se usa para cuando hablas un idioma a medias, con cuatro palabras mal puestas, pero con un desparpajo que ni el C1. Es ese momento en el que mezclas español, inglés, gestos y fe absoluta en que te van a entender. No es hablar bien, es sobrevivir lingüísticamente, y oye, a veces hasta funciona.
"Tía, yo de francés ni papa, pero en París me puse a chapurrear con acento de Vallecas, cuatro palabras mal dichas y mucho gesto, y al final el camarero hasta me invitó a un café"