Se usa para decir que alguien se mandó una cagada enorme, un error tan grande que parece una cascada de metidas de pata, obvio inspirado en las Cataratas del Iguazú. No es una pifiada chiquita, es de esas que hacen ruido, salpican a todo el mundo y después cuesta un montón remontar. Y hay que admitir que el nombre tiene su encanto misionero.
"Boludo, el jefe mandó el mail con el Excel sin borrar las columnas secretas, se mandó un cataratazo que en la oficina todavía estamos aplaudiendo de los nervios."