En Carabobo se usa para hablar de mentiras gordas o exageraciones tan grandes como un castillo. Es cuando alguien se pone creativo contando cosas que nadie se cree, pero igual uno escucha por el chisme. Básicamente son cuentos inflados, adornados y bien fantasiosos, que a veces dan más risa que rabia, aunque fastidia cuando se pasan.
"Marico, el pana Luis salió con que tiene tres novias en Europa y un yate en Miami, vale, deja la habladera de castillazos que ni tú mismo te la crees."