Bebida alcohólica fuerte hecha a base de caña de azúcar, bien brava y típica de la sierra. Es de esas que se toman en fiestas patronales, velorios, bautizos y cualquier excusa que aparezca. Entra suave pero pega duro, y si te pasas terminas filosofando con las alpacas sobre la vida y la geopolítica mundial.
"Hermano, con tanto cañazo que nos bajamos en la fiesta patronal de Junín terminé cantando huaynos al micrófono y jurando que mi alpaca iba a ser la próxima presidenta del Perú."