Se usa cuando comes tanto que acabas reventado, con la barriga a punto de explotar y jurando que no vuelves a probar bocado en tu vida. Es comer sin control, por ansia o porque la comida está demasiado buena. Luego vienen los lamentos, la modorra y las promesas de dieta eterna que nadie cumple.

"Pibe, anoche en el guachinche me pegué tal atracón de carne fiesta y papas arrugadas que hoy ni puedo moverme del sofá, estoy doblado."

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