Se usa cuando alguien empieza a hacer desmadre, armar bronca o provocar pleito donde todo estaba más o menos tranquilo. Es como llegar a un lugar en paz y convertirlo en ring de barrio con gritos, empujones y chisme sabroso. Suena fuerte, pero hay que admitir que a veces la camorra está entretenida.
"Oye, ya deja de armar camorra en la cocina, que nomás te pedí una quesadilla y ya traes pleito casado con la suegra, el perro y hasta la licuadora."