Se usa para decir que alguien anda lento, pajareando o medio atontado, como si llevara un lastre encima y no le diera el cuerpo ni la cabeza. Sirve tanto para cuando estás con sueño brutal como cuando simplemente andas sin ganas de nada. Y seamos honestos, todos hemos andado con plomo en el ala un lunes cualquiera.
"Ya po, Juanito, andai con plomo en el ala desde la mañana, apúrate un poco o el jefe te va a pegar el medio reto delante de toda la oficina."