Se usa para decir que alguien anda ultra sensible, medio mañoso o de pésimo humor, como si estuviera en un día delicado y todo le molestara. Es la típica persona que se ofende por cualquier cosa y responde cortante. No es muy cariñoso que digamos, pero hay que admitir que la expresión tiene su gracia y se entiende al tiro.
"Oye, ni le preguntes por la pega al Seba, anda con la princesa desde que llegó y a cualquiera que le habla lo manda a la punta del cerro."